La criptografía actualmente se encarga del estudio
de los algoritmos, protocolos y sistemas que se utilizan para dotar de
seguridad a las comunicaciones, a la información y a las entidades que se
comunican.1 El objetivo de la criptografía es diseñar, implementar, implantar,
y hacer uso de sistemas criptográficos para dotar de alguna forma de seguridad.
Por tanto el tipo de propiedades de las que se ocupa la criptografía son por
ejemplo:
-Confidencialidad. Es decir garantiza que la
información está accesible únicamente a personal autorizado. Para conseguirlo
utiliza códigos y técnicas de cifrado.

-Integridad. Es decir garantiza la corrección y
completitud de la información. Para conseguirlo puede usar por ejemplo
funciones hash criptográficas MDC, protocolos de compromiso de bit, o
protocolos de notarización electrónica.
-Vinculación. Permite vincular un documento o
transacción a una persona o un sistema de gestión criptográfico automatizado.
Cuando se trata de una persona, se trata de asegurar su conformidad respecto a
esta vinculación (content commitment) de forma que pueda entenderse que la vinculación
gestionada incluye el entendimiento de sus implicaciones por la persona.
Antiguamente se utilizaba el término "No repudio" que está
abandonándose, ya que implica conceptos jurídicos que la tecnología por sí sola
no puede resolver. En relación con dicho término se entendía que se
proporcionaba protección frente a que alguna de las entidades implicadas en la
comunicación, para que no pudiera negar haber participado en toda o parte de la
comunicación. Para conseguirlo se puede usar por ejemplo firma digital.

-Autenticación. Es decir proporciona mecanismos que
permiten verificar la identidad del comunicador. Para conseguirlo puede usar
por ejemplo función hash criptográfica MAC o protocolo de conocimiento cero.
-Soluciones a problemas de la falta de simultaneidad
en la telefirma digital de contratos. Para conseguirlo puede usar por ejemplo
protocolos de transferencia inconsciente. (Hurtado Cabrera, Objetivos, 2015)